
Universidad Dominicana O&M
Recinto Moca
ESTUDIANTE: Alfry Alberto hierro Olivares
Matricula: 22-MPSS-5-017
Maestro: Vladimir Estrada
Materia: Manejo de Conflicto
Apreciación personal sobre la conflictividad en el sistema educativo dominicano
Rosanna Domínguez Orientadora
En el contexto educativo contemporáneo, es frecuente observar que algunos niños presentan conductas de aparente indiferencia, desinterés o falta de motivación frente a diversas situaciones escolares y familiares. Estas manifestaciones, aunque en ocasiones pueden ser interpretadas como simples actitudes de desobediencia o desinterés, requieren un análisis más profundo desde la perspectiva psicológica, pues pueden estar relacionadas con trastornos del desarrollo y de la conducta, como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), trastornos de ansiedad, dificultades en la regulación emocional o problemas de adaptación social. Estos factores no solo afectan el rendimiento académico, sino que también inciden directamente en la dinámica familiar y en la convivencia en el aula.
En nuestro centro educativo, la detección temprana y el manejo adecuado de estas situaciones constituyen una prioridad. El Departamento de Orientación, en colaboración con los docentes asignados, desempeña un papel fundamental en la identificación de señales de alerta y en la implementación de estrategias preventivas e intervenciones específicas. La atención no se limita únicamente al manejo de conflictos inmediatos, sino que se extiende hacia la promoción de habilidades socioemocionales, desarrollo de la resiliencia y fortalecimiento de los valores familiares, aspectos esenciales para un crecimiento integral del niño.
Es importante resaltar que el TDAH, uno de los trastornos más comunes en la infancia, se caracteriza por dificultades significativas en la atención sostenida, impulsividad y, en algunos casos, hiperactividad. Estos síntomas pueden manifestarse como desinterés aparente o como comportamientos disruptivos en el aula, generando conflictos con pares y docentes. Desde la psicología educativa, se entiende que estos comportamientos no son una elección del niño, sino una manifestación de un déficit neurobiológico que requiere estrategias pedagógicas adaptadas, acompañamiento familiar y seguimiento profesional constante.
Asimismo, otros trastornos mentales infantiles, como la ansiedad, la depresión temprana o los trastornos del espectro autista, pueden influir en la manera en que el niño percibe y responde a su entorno escolar y familiar. La falta de reconocimiento o intervención oportuna puede derivar en problemas más complejos a mediano y largo plazo, afectando la autoestima, la socialización y el rendimiento académico. Por esta razón, la colaboración activa entre la escuela y la familia es esencial. Los padres, al participar en programas de orientación y educación emocional, se convierten en aliados estratégicos para reforzar las intervenciones escolares y fomentar un ambiente de apoyo y comprensión.
En nuestra comunidad, como la de la Ermita, se ha logrado establecer un modelo de colaboración donde la educación emocional y la promoción de valores son abordadas de manera integral, involucrando tanto a docentes como a familias. Esta sinergia resulta clave para prevenir conductas problemáticas y facilitar la identificación temprana de posibles trastornos mentales. Es fundamental entender que la intervención efectiva no se limita al manejo de síntomas aislados, sino que implica un enfoque holístico, considerando factores biológicos, psicológicos y sociales que influyen en el desarrollo infantil.
Desde una perspectiva profesional, la atención a niños con trastornos como el TDAH requiere estrategias multidimensionales que incluyan: apoyo académico individualizado, técnicas de regulación emocional, programas de socialización y fortalecimiento de habilidades de autocontrol, así como asesoramiento y capacitación a los padres para que puedan implementar prácticas consistentes en el hogar. El objetivo final es que el niño pueda desarrollar competencias emocionales, cognitivas y sociales que le permitan enfrentar desafíos de manera efectiva y participar de forma plena en la vida escolar y comunitaria.
En conclusión, el abordaje de conductas de indiferencia o desinterés en niños debe trascender la intervención inmediata y superficial. Requiere de un análisis profesional que considere la presencia de trastornos mentales infantiles, la dinámica familiar y el contexto escolar. La colaboración estrecha entre psicólogos, docentes y familias constituye un elemento central para promover un desarrollo integral, prevenir complicaciones futuras y garantizar que los niños puedan alcanzar su máximo potencial en un ambiente seguro, estructurado y emocionalmente enriquecedor. La educación emocional, el fortalecimiento de los valores y la detección temprana de dificultades cognitivas o emocionales no son solo estrategias de apoyo académico, sino herramientas esenciales para la formación de individuos resilientes, autónomos y socialmente responsables.
Carlos Rodriguez Maestro
En el centro educativo se observa un grado de conflictividad de intensidad media, caracterizado por la presencia de situaciones de indisciplina y desacuerdos entre los estudiantes. Si bien estos conflictos no alcanzan niveles críticos, constituyen indicadores relevantes de dificultades en el desarrollo de habilidades socioemocionales, así como de la existencia de factores familiares y comunitarios que inciden en el comportamiento de los niños. La limitada práctica del diálogo, el incumplimiento de las normas de convivencia y la carencia de estrategias efectivas de resolución de conflictos reflejan la necesidad de implementar acciones sistemáticas y sostenidas que fortalezcan la cohesión social y emocional dentro del aula y la comunidad escolar.
Desde una perspectiva psicológica, estas situaciones pueden analizarse en términos de sus consecuencias temporales sobre el proceso educativo y el desarrollo integral del niño. A corto plazo, la falta de habilidades de autorregulación y resolución de conflictos genera interrupciones frecuentes del aprendizaje y, en algunos casos, sanciones como suspensiones temporales, afectando la continuidad académica y la participación activa en el aula. A mediano plazo, la acumulación de experiencias conflictivas puede derivar en desmotivación, desgaste emocional y disminución del compromiso con el aprendizaje, factores que impactan de manera significativa en la autoestima y la percepción de autoeficacia del estudiante. Finalmente, a largo plazo, estas conductas conflictivas pueden reproducirse fuera del contexto escolar, limitando el desarrollo integral del niño y su capacidad de adaptación social, y contribuyendo a la perpetuación de dinámicas problemáticas dentro de la comunidad.
Además, es fundamental considerar que la conflictividad escolar no ocurre de manera aislada, sino que se encuentra vinculada a múltiples factores de riesgo, incluyendo dificultades familiares, ausencia de referentes claros de autoridad y modelos de convivencia, así como carencias en la educación emocional desde edades tempranas. La evidencia en psicología educativa demuestra que los niños que no desarrollan competencias socioemocionales adecuadas tienen mayor propensión a manifestar conductas disruptivas, baja tolerancia a la frustración y dificultades para establecer relaciones saludables con sus pares. En este sentido, el abordaje de la conflictividad no debe centrarse únicamente en la disciplina reactiva, sino en la prevención y promoción de habilidades socioemocionales, fomentando la empatía, el autocontrol, la resolución pacífica de conflictos y la participación activa en la construcción de normas de convivencia.
El rol del personal educativo y del Departamento de Orientación resulta, por tanto, estratégico. La implementación de programas de mediación, talleres de educación emocional y acompañamiento familiar contribuye significativamente a disminuir la conflictividad y a promover un entorno de aprendizaje más seguro, inclusivo y estimulante. Asimismo, la colaboración con las familias y la comunidad se convierte en un eje fundamental, ya que los niños internalizan conductas, valores y estrategias de afrontamiento que luego reproducen tanto en el aula como en otros espacios sociales.
Erika Rodríguez Maestra
En el Centro Educativo Ramón Andrés Santana se observa un grado de conflictividad que oscila entre bajo y medio, caracterizado por la aparición de situaciones de indisciplina, desacuerdos y conductas de indiferencia en los estudiantes. Si bien la mayoría de estas situaciones pueden resolverse de manera inmediata mediante estrategias de mediación y comunicación efectiva, algunas requieren una intervención más profunda, incluyendo acuerdos negociados y soluciones consensuadas que beneficien a todas las partes involucradas. Este fenómeno no solo afecta la convivencia dentro del aula, sino que también influye en el clima escolar, el desarrollo académico y el bienestar socioemocional de los estudiantes. La conflictividad observada en el centro tiene un origen multifactorial:
Diferencias de opinión y personalidades: la interacción de estilos de carácter y temperamento diversos genera desacuerdos frecuentes.
Competencia académica y social: rivalidades entre estudiantes motivadas por la presión de destacar, lograr mejores resultados o reconocimiento social.
Bullying y acoso escolar: manifestaciones de agresión física, verbal o psicológica que afectan la autoestima y las relaciones interpersonales.
Diversidad socioeconómica y cultural: desigualdad en recursos económicos, diferencias de raza o contextos familiares que generan tensiones y exclusión social.
Escasas habilidades socioemocionales: falta de estrategias para el manejo de emociones, resolución de conflictos y comunicación asertiva.
Factores familiares y comunitarios: entornos con carencias en disciplina, educación emocional y modelos de convivencia consistentes.
El TDAH se manifiesta con dificultades en la atención, impulsividad e hiperactividad, lo que puede generar interrupciones frecuentes en el aula y conflictos con pares.
La ansiedad y la depresión infantil pueden producir conductas de retraimiento, irritabilidad o indiferencia, afectando la interacción social y la participación escolar.
Los problemas de conducta y agresividad suelen estar vinculados a déficits en habilidades de regulación emocional y entornos familiares inestables.
Estos trastornos no deben interpretarse como elecciones conscientes del niño, sino como manifestaciones de factores neurobiológicos y ambientales que requieren estrategias pedagógicas adaptadas, acompañamiento familiar y seguimiento profesional constante. María Pichardo Equipo de gestión
Equipo de Gestión: María Pichardo
Grado de conflictividad: Moderado
Factores identificados:
Falta de comunicación
Problemas familiares
Efectos o impactos: A corto plazo: Bajo rendimiento académico o problemas de entendimiento académico
A mediano/largo plazo:
Falta de integracion escolar
Problemas de integración social
Yeslisa Moronta Madre
Según la información proporcionada por la madre, los niveles de conflicto en el hogar se consideran bajos, dado que los niños cuentan con rutinas estables y adecuadas, incluyendo horarios regulares, correcta higiene personal y un entorno seguro que les brinda protección física y emocional. Estos elementos son fundamentales para favorecer un desarrollo integral y equilibrado, contribuyendo a minimizar situaciones de conflicto dentro del núcleo familiar.
No obstante, la madre ha observado recientemente algunas conductas inapropiadas que afectan a sus hijos, ya sea manifestaciones de agresión o situaciones de bullying por parte de otros estudiantes. Aunque estos episodios no parecen ser frecuentes, su presencia representa un factor de alerta importante, ya que pueden generar estrés, ansiedad o dificultades en la relación con sus compañeros, afectando potencialmente el bienestar emocional y social de los niños si no se interviene a tiempo.
En conclusión, aunque el entorno familiar proporciona un soporte sólido que promueve el bienestar de los niños, la presencia de conductas inapropiadas por parte de otros estudiantes requiere atención y seguimiento, para garantizar que estos eventos no afecten su rendimiento académico, su autoestima o su integración social. La identificación temprana y la implementación de estrategias de apoyo pueden ser clave para prevenir impactos negativos a mediano y largo plazo.
Albania Perez Madre
El nivel de conflictividad se considera moderado, ya que, aunque la mayoría de los conflictos se resuelven de manera eficaz dentro del centro, en algunas ocasiones pueden salirse de control y requerir intervenciones más estructuradas. La madre ha señalado que, cuando esto sucede, es necesario acudir a conferencias que involucren a los alumnos, los padres y el equipo de gestión, con el fin de analizar la situación y tomar medidas que garanticen la convivencia y el bienestar de todos los estudiantes.
El grado de conflictividad se mantiene moderado debido a que estos episodios, aunque no frecuentes, pueden generar tensión dentro del centro si no se manejan adecuadamente. Por ello, la participación activa del personal educativo y de los padres resulta fundamental para que el centro no se convierta en un lugar pesado o incómodo para la labor académica y la convivencia diaria.
En cuanto a los efectos a corto plazo, cuando los conflictos se gestionan correctamente mediante estas reuniones y estrategias de control, los estudiantes continúan con un desempeño académico estable y un aprendizaje efectivo. No obstante, si no se interviene a tiempo, estos episodios podrían afectar el ambiente escolar y la integración social de los alumnos.
José Ángel Polanco Estudiante
Evaluación del grado de conflictividad en el grupo
Se considera que el grado de conflictividad es medio, ya que, aunque existen problemas y tensiones, estos no son tan graves como para que se presenten peleas constantes. Sin embargo, sí se observa un nivel de tensión entre algunos miembros, lo que puede afectar la dinámica del grupo si no se maneja adecuadamente.
Esta situación puede reducir la productividad y afectar la comunicación efectiva entre los miembros.
Si los conflictos no se manejan de manera adecuada, se pueden generar problemas de colaboración, desconfianza entre los miembros y menor participación en actividades conjuntas, debilitando la cohesión del grupo
,a largo plazo, el grupo podría experimentar división interna, pérdida de unión y dificultades para alcanzar metas en conjunto, lo que comprometería no solo los objetivos del grupo, sino también el bienestar general de sus integrantes.
Presidente Comunitario Alberto Lantigua
Causas identificadas: Entre los pocos conflictos que se presentan, se ha detectado la incidencia de padres con conductas inadecuadas dentro del centro educativo. Estas conductas incluyen el incumplimiento de normas y procedimientos internos, así como la ilegalidad de llevar ciertos asuntos
Impactos y resolución: Los efectos de estas conductas se consideran leves a moderados, dado que, en la mayoría de los casos, se resuelven mediante diálogo y la intervención directa del equipo educativo y administrativo. Las situaciones suelen tener interpretaciones sencillas y se manejan de manera efectiva, logrando soluciones a mediano plazo, evitando consecuencias graves para estudiantes, docentes o la comunidad educativa en general.
José Luiz Almanzar supervisor del ADP
Informe según el Supervisor del equipo de Género ADP
El supervisor del equipo de género de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) ha identificado incomodidades estructurales significativas en diversos centros educativos, derivadas principalmente de la falta de materiales escolares y recursos adecuados para la formación de los estudiantes. Esta carencia incide directamente en la calidad del aprendizaje, generando un bajo rendimiento académico y, al mismo tiempo, un aumento de la inconformidad y las protestas por parte de maestros y supervisores.
La situación descrita refleja una problemática estructural que requiere atención prioritaria por parte de las autoridades competentes. La provisión de recursos, la reparación de infraestructuras y la mejora en las condiciones de trabajo docente no solo son necesarias para elevar la calidad educativa, sino también para garantizar la motivación y el compromiso de toda la comunidad escolar.
Estrella Jiménez de la comunidad y Madre
En relación con la participación de la comunidad, destaca un caso particular: el deterioro de una calle cercana al centro educativo, que representaba un riesgo para los niños en su trayecto escolar. Gracias a la intervención conjunta entre el personal educativo y la propia comunidad, la calle fue asfaltada, lo que redujo significativamente ese riesgo. Sin embargo, señala que es fundamental fortalecer la educación en valores, la orientación familiar y los programas de educación sexual y afectiva, para atender la creciente problemática de los embarazos adolescentes y asegurar un entorno escolar que favorezca la formación integral, la seguridad y el bienestar de los estudiantes.
Caridad Hernández Envejeciente de la comunidad y exmaestra
Desde su apreciación, el nivel de conflictividad puede considerarse medio, ya que no se trata de problemas graves o permanentes, pero sí es evidente que existen conductas que generan incomodidad. Por ejemplo, al observar a los estudiantes cuando salen del centro hacia sus hogares, se perciben discusiones entre ellos, uso de expresiones ofensivas y actitudes que reflejan falta de respeto.
Los conflictos más notorios suelen estar vinculados con situaciones de bullying, el uso de malas palabras y comportamientos poco adecuados entre compañeros. Estas manifestaciones, aunque no siempre escalan a violencia física, afectan el clima social y deterioran la convivencia tanto dentro como fuera del centro educativo.
Posibilidad de que estas situaciones evolucionen hacia conflictos mayores si no se toman medidas preventivas y correctivas.
Según agricultores y granjeros del área
Informe comunitario sobre conflictividad escolar y social
1. Impactos en la comunidad
Inseguridad para los niños pequeños que comparten espacios dentro y fuera de la escuela,Vergüenza social ocasionada por el mal comportamiento de algunos estudiantes en la vía pública,Efectos percibidos como moderados, pero con riesgo de escalar si no se interviene.
2. Perspectiva de agricultores de la zona escolar
Felipe
Posición: Considera que el nivel de conflictividad es medio,Observaciones: Ha presenciado peleas y agresiones físicas entre estudiantes en la calle,La comunidad y los agricultores se ven obligados a intervenir en conflictos para evitar que pasen a mayores,Los hechos generan preocupación y afectan la tranquilidad en la zona.
Maria Burdiez
Impactos según plazos:
Corto plazo: Conflictos entre padres y agricultores, relacionados con el mal comportamiento de los estudiantes dentro y fuera de la escuela.
Mediano plazo: Incremento de la desconfianza hacia los hijos de los agricultores y sus familias.
Largo plazo: Pérdida generalizada de confianza en la juventud, lo que afecta la integración comunitaria.
3. Identificación de la entrevista
: Grado de conflictividad que se aprecia en el centro y su impacto en la comunidad agrícola.
Nivel global identificado: Medio, con riesgos de empeorar si no se aplican medidas de prevención, educación en valores y acompañamiento familiar.
Esto refleja que, aunque existen tensiones, la escuela mantiene un ambiente relativamente controlado y propicio para el aprendizaje.
El reporte abarca que los maestros y orientadores obserban actitudes asociadas a trsatornos familiares hiperactividad ,transtornos de TDH, y bulling.
En los familiares, agricultores y personas de la comunidad observan rencillas callejeras y desacuerdos sociales.
Conclusión de la Entrevista y Puntos claves
Trastornos y dificultades identificadas en los estudiantes
TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad): asociado a problemas en la regulación emocional, la adaptación social y el rendimiento académico.
Ansiedad y depresión temprana: que influyen en la motivación y en la convivencia escolar.
Trastornos del espectro autista (TEA): que requieren apoyos diferenciados.
En la comunidad de La Ermita se ha establecido un modelo de colaboración en el que se trabaja de forma integral:
Educación emocional.
Promoción de valores.
Participación conjunta de docentes, familias y comunidad.
El carácter pequeño de la población ha favorecido la cercanía y el trabajo directo en la resolución de dificultades.
Observaciones del profesorado
Carlos Rodríguez (docente):
Percibe un grado de conflictividad de intensidad media.
Identifica desacuerdos frecuentes entre estudiantes relacionados con disciplina y convivencia.
Erika Rodríguez (docente):
Considera que los conflictos escolares son de nivel medio, ya que suelen manejarse rápidamente dentro del centro.
Sin embargo, en algunos casos es necesaria una intervención más profunda, que incluye acuerdos negociados y soluciones de beneficio mutuo.
actores de riesgo identificados
Competencia académica y social.
Bullying y exclusión.
Diversidad socioeconómica y cultural.
Falta de desarrollo en habilidades socioemocionales.
Influencia de actores familiares.
Posibles impactos a mediano y largo plazo
Si no se abordan adecuadamente estas situaciones, pueden generarse:
Producción continua de conductas conflictivas en el centro y en la comunidad.
Pérdida de confianza en los estudiantes.
Deterioro de las relaciones interpersonales.
Limitación del desarrollo académico y social del alumnado.
Reporte del equipo de gestión – María Pichardo
Factores identificados dentro del centro educativo:
Falta de comunicación, tanto entre estudiantes como en la relación escuela–familia.
Problemas familiares que inciden directamente en la conducta y el desempeño escolar de los alumnos.
Bajo rendimiento académico, derivado de diversas dificultades individuales y contextuales.
Yelissa Moronta (madre de familia)
1. Conflictos en el hogar
La señora Yelissa Moronta informa que los conflictos dentro de su hogar son bajos, ya que mantiene un control estable en la dinámica familiar, asegurándose de supervisar las horas de tarea y el cumplimiento de las responsabilidades escolares de sus hijos.
2. Observaciones en el ámbito escolar
A pesar del control en casa, la madre expresa su preocupación porque recientemente ha observado que sus hijos enfrentan conductas inapropiadas dentro de la escuela, tales como:
Manifestaciones de agresión.
Situaciones de bullying por parte de otros estudiantes.
3 Albania Pérez (madre de familia)
1. Nivel de conflictividad percibido
La señora Albania Pérez informa que el grado de conflictividad en el centro educativo se mantiene en un nivel moderado.
2. Características de los conflictos
Los episodios no son frecuentes, pero cuando ocurren pueden generar cierta tensión en el ambiente escolar.
A pesar de ello, los conflictos se logran manejar de manera adecuada dentro de la institución.
La percepción de la madre refleja que, aunque existen situaciones que pueden alterar la convivencia, estas no escalan a un nivel grave gracias a la intervención oportuna del personal del centro.
José Ángel (estudiante)
1. Nivel de conflictividad percibido
El estudiante José Ángel informa que en el centro no existe una presencia grave de conflictos, aunque sí se observan situaciones que afectan la convivencia.
2. Manifestaciones de conflicto
Presencia de peleas constantes entre algunos compañeros.
Generación de tensiones dentro del grupo.
Las diferentes perspectivas y opiniones, que podrían ser enriquecedoras, a veces producen confusión y frustración entre los estudiantes.
Alberto Lantigua (Presidente comunitario)
1. Nivel de conflictividad en la comunidad
El presidente comunitario Alberto Lantigua informa que los conflictos dentro de la comunidad son muy bajos. Sin embargo, identifica situaciones que requieren atención en el ámbito escolar.
2. Conductas inadecuadas observadas en los centros educativos
Incumplimiento de normas y procedimientos internos.
Prácticas irregulares o ilegales, como la introducción de asuntos ajenos a la competencia del centro educativo.
Casos aislados que, aunque poco frecuentes, demandan intervención inmediata para evitar que afecten el clima escolar.
3. Implicaciones
Estas conductas pueden alterar la convivencia normal dentro de la institución y dificultar el desarrollo adecuado de las actividades escolares. Por ello, se subraya la importancia de una acción rápida y coordinada entre la escuela, las familias y la comunidad.
José Luis Almanzar (Supervisor del ADP)
1. Nivel de conflictividad percibido
El supervisor del ADP, José Luis Almanzar, informa que el nivel de conflictividad está directamente relacionado con la falta de recursos educativos adecuados.
2. Factores identificados
Carencia de materiales escolares esenciales.
Insuficiencia de recursos didácticos para garantizar una formación de calidad.
Estas limitaciones impactan tanto a los docentes como a los estudiantes en su proceso de enseñanza-aprendizaje.
3. Consecuencias observadas
Disminución en la calidad del aprendizaje.
Bajo rendimiento académico como resultado directo de la falta de insumos y materiales escolares.
Afectación en la motivación y preparación de los estudiantes.
El supervisor destaca que la carencia de materiales no solo es un problema administrativo, sino también una fuente de conflictividad en el centro educativo, ya que genera tensiones y limita el desarrollo integral de los estudiantes.
Estrella Jiménez (madre y miembro de la comunidad)
1. Nivel de conflictividad percibido La señora Estrella Jiménez, madre de un estudiante y miembro activo de la comunidad, considera que el grado de conflictividad en el centro es bajo.
2. Manejo de los conflictos
Los conflictos que se han presentado han sido resueltos directamente dentro de la institución.
En los casos que superan la capacidad de resolución inmediata, estos se han abordado mediante reuniones de padres junto con el equipo de gestión, lo que ha permitido encontrar soluciones consensuadas.
La percepción de la madre refleja que, aunque existen situaciones de conflicto, estas no alcanzan un nivel grave y han sido manejadas de manera organizada y participativa, garantizando así la estabilidad de la convivencia escolar.
Situaciones observadas
El bullying ha sido un problema presente en los últimos dos años, el cual, según su apreciación, no siempre se ha manejado con la profesionalidad adecuada.
Este tipo de conducta afecta directamente la convivencia escolar y trasciende también hacia la percepción de la comunidad.
3. Consecuencias identificadas
Malestar y vergüenza en la comunidad.
Afectaciones emocionales en los niños más pequeños, quienes son más vulnerables a estas situaciones
Entrevista – Equipo de gestión (María Pichardo)
La gestión identifica como factores conflictivos la falta de comunicación, problemas familiares, bajo rendimiento académico y dificultades en la integración social y escolar.
Desde la psicología educativa, estos factores son de gran relevancia porque suelen ser predictores de conductas desadaptativas .
Conclusión y opinión personal
Después de realizar un análisis profundo de la realidad educativa en la Escuela Ramón Andrés Santana, considero que esta institución refleja una convivencia escolar generalmente saludable. Los conflictos que se presentan no alcanzan niveles graves y, en la mayoría de los casos, son resueltos de manera eficiente dentro del propio centro educativo. Esto evidencia la existencia de un equipo docente, de orientación y de gestión comprometido, que vela por mantener la disciplina y la armonía en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
No obstante, es evidente que la escuela no opera de manera aislada, sino que está influenciada por la familia y la comunidad. Muchos de los conflictos surgen de factores externos, como la deficiencia en la transmisión de valores familiares, la escasa práctica del diálogo en el hogar, problemas comunitarios, así como conductas heredadas de los padres. Adicionalmente, se identifican situaciones vinculadas a trastornos como TDAH, espectro autista, conductas de bullying y diferencias socioeconómicas entre los estudiantes.
Write a comment ...